14 de julio de 2014

Cabello

Hoy me he cortado el cabello. Y con una estilista que jamás en mi vida había visto.

Muchos –sobre todo mujeres-, considerarían esta acción como blasfema. Gritarían y quizás criticarían por tener tan poca consideración con mi cabello. Pero…

Pero en lo que a mí concierne, el cabello simplemente es eso: Cabello.

“El cabello a final de cuentas crece.” Esa es mi frase. Pero eso no es lo que deseo externar.

Hoy me he cortado el cabello. Parece una decisión fácil –y lo es- Pero precisamente hoy, lo hice con una doble intensión. Además de la necesidad de cortarlo, lo hice con el propósito de deshacerme de muchas cosas malas.

Malas experiencias.

Malos sabores de boca.

Depresiones.

Tristezas.

Enojos.

Orgullos.

Problemas… Sobre todo problemas.

Hoy me he cortado el cabello, con la intensión de dejar todo eso atrás. No deseo seguir cargando con ellos, y qué se enreden y enmarañen en mi mente y corazón. Es por eso qué, de forma simbólica me he deshecho de todas esas cosas que comenzaban a convertirse en un cáncer para mí. Es por eso que hoy me corte el cabello, para cortar de tajo todo aquello que comenzaba a mermar mi vida y qué por un momento u otro me hizo actuar como alguien que no era.

Cortarse el cabello; para muchos puede tener significados. Para otros no.

Para mí, la mayoría de las veces no lo tiene.


¿Qué significado tiene para ti?


Pero, en esta ocasión, sí. Hoy simplemente le di el significado de un gran cambio. Un cambio en donde dejaré todo eso feo y malo atrás, y seguiré con mi vida. Olvidaré muchos problemas y procuraré desempeñarme mejor. Seré más ligera, y trataré de llevar la vida más relajada.

Es por eso, que hoy…


Me corte el cabello.

10 de julio de 2014

Incertidumbre


El ser humano puede soportar muchas cosas:

Dolor. Desesperación. Humillación. Odio. Rencor. Miedo.

Pero hay algo, en esta vida, que el ser humano no puede soportar ni con la gracia divina de Dios:

La incertidumbre.


¿Cómo lo sé?

Pequeños eventos me hicieron darme cuenta qué, puedo con muchas cosas negativas, e incluso positivas. Pero qué, en definitiva, algo que no puedo controlar y qué, me hace estar fuera de sí; es la incertidumbre.

Es curioso, porque tengo etapas por las cuales paso. Quizás todos los humanos pasamos por ellas, pero de forma distintas; las presentamos quizás o quizás no. Todo depende de la situación en el momento y claro está, de la persona.

Primero; no le doy importancia. Y continuo con mis cosas. "No pasa nada" me repito.

Segundo; comienzo a tener más presente la duda y la idea. Y todavía me repito con fuerza tratándome de convencerme "No pasa nada".

Tercero; una ligera sensación de angustia crece en mi ser, comenzando ya, a agobiarme esa idea y ocupar la mayor parte de mi mente logrando qué no me concentré bien en lo que estoy haciendo. Pero, aún lucho contra esa idea.

Cuarto; la idea no me deja. Y es molesta, muy molesta, pero a la vez, estoy asustada, comienzo a sentirme intranquila, ansiosa, confundida y con miedo.

Quinto; mis pensamientos se vuelven fatalistas. realmente fatalistas, comienza a subir mi grado de ansiedad, me rasco las manos, juego con mi cabello, los ojos me arden. El pecho me oprime. Me duele. Me duele. La desesperación comienza a apoderarse de mí.

Sexto; ya no sé que hacer, las ideas que tengo ahora son extremadamente bizarras, accidentes, problemas, invasiones, guerras.. ¡Todo lo que puedas imaginar! Es lo que pasa por mi mente, mis manos tiemblan, la boca se me seca. Me duele el pecho, mi mente me agobia y grita: 

"¡Pasó algo malo! ¡Pasó algo malo! ¡Pasó algo malo! ¡Pasó algo malo! ¡Pasó algo malo! ¡Pasó algo malo!"

Y yo, me repito fuertemente, tapándome los oídos y cerrando los ojos:

"No pasó nada, no pasó nada..." "No pasó nada, no pasó nada..." "No pasó nada, no pasó nada..."

Pero... ¿Y sí, sí pasó?

¡Y ahí vamos de nuevo! La ansiedad me invade, el temor y el miedo es muy grande...

No soporto mis pensamientos, mi cuerpo tiembla, ¿Es acaso la incertidumbre peor que la muerte? Quizás es el sufrimiento en vida del hombre, antes de ir a parar a algún plano tridimensional o superior al que está. O tal vez, solo es producto de todo lo que hemos vivido y qué, sin saber cómo no lo podemos controlar teniendo como resultado esto.

Me acuesto y me hago ovillo.

Lloro.

Llorar, aunque suene algo extraño, me relaja. Aunque la idea aun me taladra.


Definitivamente, algo que jamás en mi vida, podré soportar es;


La incertidumbre.

6 de julio de 2014

Silencio



Estoy en silencio, pocas veces lo estoy.
He estado callada, siempre lo soy.

¿Qué es en realidad el ruido?
¿Y cuál es el sonido del corazón?
El lamento solo es, una llamada.
Una llamada de nuestro yo.

Lagrimas derramadas;
sonrisas apagadas;
eso es lo que me convierte,
en una persona desamparada.

El silencio me abruma,
pocas veces estoy sola;
en momentos así;
mis pensamientos me agobian.

Bueno, malo, malo bueno;
¿Qué es en sí, la realidad?
Solo otro lamento.
Un triste lamento, 
cargado de melancolía y maldad.

Escribir letras, dicen apacigua;
mi alma se embravece y más me atormenta.
Estar en silencio, que reto es.
Estar callado que sencillo fue.

El silencio revela,
el ruido confunde;
¿Qué es entonces, lo que nos une?
Silencio. Eso es lo que une;
a un corazón desolado,
y uno desamparado.

Estoy sola, escribiendo letras,
ya que mis ánimos me abandonan.
Lo único que pienso es "Silencio"
Porque de él aprendo,
de él comprendo y me da consuelo.

Aunque, dentro de ese silencio,
hay un ligero sonido, uno
que aturde mi oído:
"No me dejes sola"