Cómo pasa el tiempo, ¿No? Pasa de una forma sumamente extraña... Pero a la vez, fascinante. Eso es lo interesante del tiempo, que algunas ocasiones no sabes sí pasa o sí en otras no sabes exactamente cuánto tiempo ha sido ya.
Afortunadamente o desafortunadamente; yo he tenido en claro todo este tiempo que ha pasado, lo he contado sin querer. Se volvió ya un ritual, un ritual que realizo cada año. Cada fecha especial. Sé que por un lado es algo masoquista, el recordar con precisión esta fecha... Pero ya se ha vuelto una costumbre... Un ritual, que no deseo dejar de hacer; y menos sí es por ti. Pero, por otro sé que estarías feliz que, a pesar del gran tiempo que ha pasado ya; aun te sigo recordando, con el mismo cariño; con la misma intensidad.... Y con la misma tristeza. Lo sé, no quieres que me ponga así... Pero... ¿Cómo decirlo? Es inevitable.
Pocas personas... Comprenderán el dolor que tengo ahora. Y aunque para ser sincera; no lo sentirán en la misma forma y medida. Sé que al menos habrá uno por ahí; uno de tantos que sabrá, lo que en verdad quiero decir con estás palabras humildemente dedicadas a ti. Porque sé; que al menos alguien, alguien en este mundo... Habrá perdido a un ser tan querido y amado, cómo lo eras tú para mi.
El recuerde de tenerte a mi lado, mientras hacía mis tareas; el recuerdo de verte acostada disfrutando de un siesta, el recuerdo de escucharte..... ¡El recuerdo de las travesuras! Son millones de recuerdos... Qué, ya no puedo evitarlo. Las lágrimas están saliendo. Mi rostro está cubierto por ellas. Pero es que... En verdad es tan doloroso recordarte así: Viva, feliz, tranquila, disfrutando... E instantáneamente el otro lado de la moneda. La forma en la que moriste. Cómo sufriste; el dolor que tenías, las penas que te acongojaron... Tus quejidos, lloriqueo y gemidos de dolor por la noche...
Son recuerdos tan contradictorios, que algunas veces termino con dolores de cabeza. Y cómo lo dije arriba, es masoquismo de mi parte el recordarte y tener presente todo eso que te pasó. Pero claro, eso está porque te acompañé hasta el último momento de tu vida, hasta el último aliento, hasta el último latido de tu corazón, porque estuve ahí, contigo... Acompañándote en tu dolor, cuidándote, dándote todo eso que ya no podías tomar por ti misma... Te acompañé incluso para tu entierro.
Es doloroso perder a alguien. Más sí es un familiar, un ser querido o un Ser humano. Pero para mi... Para mi es tan doloroso el haberla perdido. Muchos quizás a estás alturas reirán de mi. Les daré pena o lástima. Total. No importa. Hoy, hoy estoy de luto.
Para mi fue tan doloroso, perder a la única criatura en el mundo que me comprendía. Fue tan doloroso perder a mi compañía que tuve desde que nací... Fue doloroso perder a mi hermosa y bella mascota, aquella que me acompañó por mucho tiempo, aquella que estuvo ahí; aquella con la que luego solía pelear... Fue un dolor muy grande. y más grande, la forma tan atroz, dolorosa y nada digna de ella de morir. Porque algunas personas, mascotas; seres amados o lo que sea... ¿Se van de una forma que no merecían? ¿Porque muchos no comprenden esos dolores?
Para mi realmente es muy doloroso. El recordarla, el saber que ella alguna vez estuvo conmigo y ya no más lo estará. Para mi es doloroso y horrible recordar sus últimos días, por más que traté de olvidarle, serán cosas que se grabaron a fuego en mi mente y con cincel por la eternidad. Es algo que por más que trate de saber sobrellevar, las emociones y los sentimientos siempre interrumpirán y me harán recordar la angustia, el dolor, la desesperación, el miedo y el terror que tuve todos esos días hasta que ella se fue.
Hoy, exactamente, han sido ya; seis año de tu partida. Seis años en los que ya no estás más conmigo, donde yo estoy ahora sola por las tardes. Donde ya no escucho tus ladridos, ya no tengo tu presencia, donde... Ya no tengo a quien abrazar, a quien mal criar, a quien mimar. A pesar de que, soy acompañada por otras dos bellas criaturas... No se comparan en nada a ti.. Nadie ni nada podrá reemplazarte. Y sé que este es un pensamiento muy infantil para la edad que tengo, pero tengo aún la esperanza, la creencia de que... Tú me estarás cuidando desde donde quiera que estés, que estás observándome y esperando en definitiva mi llegada a ti. Y sí no es así, al menos espero que ahora estés en un nuevo hogar, con nuevas personas, o con una nueva y mucho mejor vida. Ya son seis años de recordarte, de tener este rito contigo, seis años en los que, aun duele tu ausencia.
Ojala alguien logrará comprender el inmenso dolor que tengo. Aunque la verdad no espero demasiado. Solo estoy expresando de una forma distinta en estos seis años, el dolor que me acongoja.
Espero de todo corazón, estés en un mejor lugar, tengas una mejor existencia y que, en definitiva, no estés sufriendo cómo lo hiciste en tus últimos días. Tomamos caminos diferentes, eso en definitiva. No pude seguirte, por más que lo desee en ese entonces, no pude hacerlo. Tenía que dejarte ir, tenías que dejarme seguir... Pero te aseguro, que en un futuro, tú y yo, volveremos a estar juntas.
O al menos, sabremos que estamos bien. Solo que... Por ahora, mi niña, no se puede. Debo de seguir aquí, haciendo millones de cosas. En un futuro podré quizás de nuevo reunirme contigo, pero para eso, deberemos de esperar un poco más.
Así que, por favor... Te pido desde el fondo de mi corazón...
Espérame. Que un día, iré por ti.
Te quiero.
Adiós.