Hola; ¿Cómo estás?
Bueno, siendo sincera, espero que
estés muy bien. De verdad. Aunque no me creas; me gustaría saber que eres feliz
ahora; que tienes una vida decente; que te desenvuelves con éxito en el mundo,
que comes, que duermes, que ríes, que lloras…
Vaya pues, me gustaría saber que
tu vida sigue adelante…
Cómo la mía ahora va así.
Hey, Hey, calma, antes de que
botes mis palabras… ¿Serías amable de leerme un poco? Solo pido eso, que me
leas; es todo.
Verás. Mi vida era un asco
después de que tú y yo termináramos nuestra historia. Oh sí, sé que jamás quise
aceptarlo, por el simple hecho de que existía el factor Orgullo, miedo y tristeza por el cuál no quise decirte.
Pero ahora, que las cosas han cambiado un montón; creo que es necesario decirte
esto.
Es cierto que lloré infinidad de
veces. No lo niego.
También que me sumí en una
depresión. Es más, dejé mi helado favorito por tu culpa.
No negaré que hubo una vez; pero
una vez en que la fugaz idea del suicidio cruzo por mi alocada cabeza. Pero...
Me arrepentí. No era la mejor vía. Y me alegro de ello.
¿Qué más me pasó? Oh es verdad.
Tampoco negaré que la vida, la veía con una cruda y cruel realidad que hasta para
el más escéptico era horrible.
Un sinfín de cosas me pasaron
cuándo tú y yo terminamos nuestra relación denominada noviazgo.
Y entre ellas esta lo que quiero
decirte con mis palabras.
Eh conocido a alguien.
¿Asombroso, no?
Bueno, siendo sincera contigo y
conmigo, jamás pensé que encontraría a alguien. Creí (bien al estilo de novela
o película) que jamás encontraría a alguien que pudiera calmar y sanar mi persona.
Pero ¡Oh sorpresa! Llegó. Y fue… increíble.
Es raro describirlo, pero trataré
de hacerlo.
Él… Es un completo idiota.
¡Sí! Así cómo lo lees. Es un idiota
en toda la extensión de la palabra.
Pero no el idiota que muchos
creen. Es… Un idiota lindo.
Es torpe.
Es despistado.
¡Es más inocente que yo!
Es caballeroso...
Es atento…
Es… Todo lo que deseé. De verdad,
él es todo lo que eh deseado.
No niego que algunas veces
solemos discutir. Y vaya que discutimos. Me hace sentir mal también. Lo hago
sentir mal. Lo eh hecho llorar. Y viceversa. Se preocupa mucho por mí. Me
preocupo por él. Soy condenadamente celosa con él. Pero no son celos enfermizos
(Yo digo que sí, pero él dice que no) Dice que… “son celos tiernos” ¿Puedes
creerlo? Creo que jamás llegaste a decir eso… Al contrario.
Pero cómo sea. Quiero hablarte un
poco más de él.
Lo conocí… Por azares del Destino, jamás pensé que él y yo
terminaríamos así: queriéndonos, protegiéndonos... Al principio solo lo veía
cómo alguien ególatra, creído y alzado. Bueno… Lo era, jajá; era misterioso
(sigue siéndolo) tenía un temperamento de los mil demonios… Y cuándo lo conocí
me dije a misma que sería imposible entablar una relación con él, inclusive una
relación de trabajo, social, amistad o lo que fuera… Pero ahora, un año después
de conocerlo, de tratarlo a profundidad, de conocer todas sus etapas, sus
facetas, sus estados de ánimo, de verlo enojado, triste, molesto, feliz,
enamorado…
Eh descubierto que no era lo que
creí que era.
Qué es alguien mucho mejor a lo
que pensé.
Pasó el tiempo… Y me enamoró.
Sí… Ahora puedo decirlo. Estoy
enamorada de él. Pero él no lo sabe… O al menos eso creo yo. Tenemos una
relación, pero no le eh dicho esas dos palabras que a ti una vez te dije. ¿Por
qué? Bueno… Creo que aún no estoy lista, pero eh de confesar, que estoy a poco
de decirlas. No es por compromiso. Es ese sentimiento que te anima a decir Te amo. Cómo yo lo tuve contigo.
¿Sabes? Él y yo tenemos muchas
cosas en nuestra contra: La edad, la raza; tiempos, formas de pensar, conceptos
distintos de vida; él tiene más experiencia que yo en muchas cosas… Pero aun
así lo quiero.
De verdad lo quiero.
Y ahora estoy aquí escribiéndote,
no con el fin de restregarte en la cara mi felicidad. No. Eso es lo que menos
pensé y a lo mejor tú lo pensaste. Lo siento si así lo viste. Pero lo hago con
la finalidad de hacerte saber una cosa.
Soy feliz.
Ahora, verdaderamente soy feliz.
Cuándo tú y yo terminamos nuestra
bella relación, mi vida tomó un tinte un tanto gris, que ahora el recordarlo…
Me da un poco de vergüenza admitir esa faceta mía un tanto deplorable. Ahora sonrió,
veo la vida de una forma distinta; no de la cursi y melosa manera que un
enamorado puede verla. No, no. La veo cómo es en realidad. Él me hace ver la
vida cómo es en realidad; no en tono rosa, ni gris. Si no, en una amplia gama
de colores.
Amé nuestra relación. Y no te
reprocho nada; fui muy feliz el tiempo en el que tú y yo fuimos pareja;
disfrute a cada momento las cosas tristes y bellas que pasamos.
Es cierto que me dio mucha
tristeza el que tú y yo termináramos, pero por algo tuvo que pasar ¿No? Jamás
dejaré de quererte. Pero ahora él forma
parte de mi vida, y ahora tiene una gran parte de mi corazón.
Eres y serás un bello recuerdo.
Después de esto, no espero que me
hables. Sé que quizás terminarás odiándome por mis palabras.
Pero mi persona necesitaba decirte
esto, necesitaba… Despedirme.
Fuiste lo mejor de mi juventud.
La mejor alegría y mi soporte en
los peores momentos de mi vida.
Pero ahora, ahora… Alguien más lo
es.
Te agradezco por todo y cada una
de las cosas que me has brindado.
De verdad. Aunque no lo parezca,
doy gracias por haberte conocido.
Pero ahora. Me toca ser feliz.
Y lo seré. Cómo algún día te lo
prometí.
Gracias. De verdad, y espero; al
igual que yo, puedas ser feliz. Te doy mis mejores deseos y bendiciones, y si
la vida nos decide juntar una vez más… Qué así sea.
Adiós; ex-amor mío.